Al igual que otros seres humanos, tengo sueños, anhelos y contradicciones. La filosofía me ha ayudado aver la vida con sus posibilidades, analizando las consecuencias de mis actos y mi indiferencia.
Estudié filosofía mientras me formaba en una congregación religiosa. Ahí aprendí que la filosofía nos ayuda para la vida, a decidir cómo queremos actuar en el mundo.
Como terapeuta existencial, trato al ser humano en su complejidad, escuchando cómo cada uno vive su propia vida, cómo decide y con qué fundamentos, cómo le afecta y se deja afectar por los que le rodean.
En las consultas trato de comprender la experiencia de la persona y ayudarla a comprenderse a sí misma. Con eso conecto, esa es mi manera de ver el mundo distinto.